Cómo cuidar una planta de lavanda en interiores
Planta la lavanda en macetas con una mezcla bien drenante de 70% de compost y 30% de arena hortícola o gravilla. Cultiva la lavanda en una maceta de 30 cm de diámetro, a pleno sol y riégala cada 14 días a fondo para que el exceso de agua gotee desde la base de la maceta.
Siga leyendo para saber cómo cultivar lavanda en macetas y contenedores, para que produzca la fragancia más intensa, la mayor cantidad de flores y para conocer las mejores prácticas de cuidado para garantizar que la lavanda sobreviva al invierno…
También mantienen un tamaño relativamente compacto de unos 30 cm (con poda anual), por lo que crecen a un tamaño que funciona muy bien en macetas sin tener que trasplantarlas con demasiada frecuencia, como puede ocurrir con las variedades más grandes de lavanda (como la ‘Vera’), que puede llegar a medir un metro de ancho y, por lo tanto, es más adecuada para cultivar en los bordes del jardín.
Estas lavandas tienen un buen tamaño, no sobrecargan una maceta y producen flores hasta 3 meses en las condiciones adecuadas. Sin embargo, su fragancia es menos pronunciada que la de las lavandas inglesas.
¿Es necesario podar las plantas de lavanda?
Podar las plantas de lavanda para que estén más sanas
Una poda anual es un paso importante para que las plantas de lavanda (Lavandula spp. e híbridos) duren mucho tiempo. Si no se poda, la planta adquiere una base grande, larguirucha y leñosa que puede abrirse, lo que da mal aspecto y acorta su vida útil.
¿Cómo se cuida una planta de lavanda de interior?
Para el cultivo de interior, la lavanda debe recibir tanta luz como sea posible. Lo mejor es colocarla en una ventana orientada al sur o donde reciba un mínimo de tres o cuatro horas de luz solar directa. Gire la maceta semanalmente para que el crecimiento y la floración sean uniformes.
¿Las plantas de lavanda necesitan sol o sombra?
Luz/Riego:
Las lavandas exigen pleno sol, aunque la sombra de la tarde puede ser apreciada en los climas más cálidos. Las plantas son muy resistentes a la sequía una vez establecidas, pero florecerán mejor si no se les permite secarse.
Lavanda en francés
Marie Iannotti es jardinera de toda la vida y maestra jardinera veterana con casi tres décadas de experiencia. También es autora de tres libros de jardinería, fotógrafa de plantas, conferenciante y antigua educadora de horticultura de Cornell Cooperative Extension. Marie ha escrito sobre jardinería en periódicos y revistas de todo el país y ha sido entrevistada para Martha Stewart Radio, National Public Radio y numerosos artículos.
Mary Marlowe Leverette es una de las expertas en limpieza y cuidado de tejidos más respetadas del sector, y comparte sus conocimientos sobre limpieza, lavandería y conservación de textiles. También es maestra jardinera, con más de 40 años de experiencia, y escribe desde hace más de 20.
La lavanda (Lavendula spp.) es una planta perenne muy conocida y aromática que reaparece todos los años con un follaje verde grisáceo, flores erguidas y forma de arbusto compacto. Lo mejor es plantar la lavanda en primavera, una vez que haya pasado el riesgo de heladas y el suelo se haya calentado. Crece a un ritmo moderado y suele aumentar de tamaño unos centímetros cada año. La lavanda puede ser tóxica para animales domésticos como perros y gatos.
Lavanda de interior
La lavanda es una hierba muy popular, conocida por el maravilloso aroma de sus flores y el efecto calmante de sus aceites. Cultivar lavanda en casa es bastante fácil, y las plantas no requieren mucho mantenimiento. Esta completa guía para el cuidado de la planta de lavanda le mostrará exactamente cómo cuidar las plantas de lavanda al aire libre y en macetas.
La lavanda no necesita presentación, es sin duda una de las hierbas más populares del planeta. Apreciada por sus flores aromáticas que contienen aceites utilizados habitualmente para hacer aceites esenciales, la lista de usos de la planta de lavanda es prácticamente infinita.
En el jardín, las flores de lavanda son muy atractivas para las abejas y otros polinizadores, y pueden disuadir a las plagas, por lo que es muy beneficiosa. Y adivina qué… ¡es sorprendentemente fácil cultivar tu propia lavanda! Te voy a enseñar cómo.
Si vives en un clima frío como el mío, debes elegir una de las variedades de lavanda más resistentes. Las otras son más adecuadas para climas más cálidos, para cultivarlas como plantas anuales o para llevarlas al interior durante el invierno.
Cómo cuidar las plantas de lavanda en maceta
La lavanda es un fabuloso arbusto de hoja perenne que no puede faltar en ningún jardín. Es muy vistoso, con su follaje perfumado de color verde plateado o grisáceo y sus espigas de flores coloridas y fragantes que se producen durante todo el verano, de julio a septiembre.
Las flores atraen a todo tipo de fauna, especialmente abejas y mariposas. La lavanda también es muy versátil. Las variedades más altas pueden utilizarse como setos formales, y las variedades enanas, más compactas, como setos cortos o bordes de arriates y borduras. Además, la lavanda crece muy bien en macetas.
La mayoría de las lavandas que cultivamos en nuestros jardines son variedades de lavanda inglesa, Lavandula angustifolia. Esta especie puede alcanzar fácilmente 1,5 m de altura y es una buena elección para setos. Las variedades más bajas y compactas, como ‘Munstead’ e ‘Hidcote’, son las mejores para setos enanos y bordes de arriates.
Las lavandas francesas, Lavandula stoechas y Lavandula viridis, producen flores diferentes con vistosas brácteas por encima de las flores, lo que les da el nombre común de «lavanda de orejas de conejo». Estas lavandas no son tan resistentes como la lavanda inglesa y necesitan una posición muy cálida, un excelente drenaje del suelo e incluso protección invernal en condiciones climáticas adversas.