Aceite de neem para plantas
Hace más de 2.000 años que se reconoce que el aceite de neem posee poderosas propiedades medicinales. Su uso se originó en la antigua India y los países vecinos, donde el árbol de neem (Azadirachta indica) era profundamente venerado como una de las plantas medicinales más versátiles que se conocen.1 De hecho, el neem se ha utilizado ampliamente no sólo en Ayurveda, sino también en las tradiciones medicinales de Unani y Homeopatía.2
Incluso hoy en día, el árbol de neem se considera el «Dispensario de la aldea», ya que se sabe que cada una de sus partes posee un valor terapéutico único.1 En términos muy generales, se sabe que el neem tiene afinidad con el sistema reproductivo, el tracto gastrointestinal, el sistema respiratorio y el sistema circulatorio.3 El aceite de neem, en concreto, se recomienda a menudo por su capacidad para reforzar y apoyar la inmunidad natural, especialmente en la piel, las uñas, el cabello y el cuero cabelludo. El aceite de neem también contribuye a la limpieza natural de los canales del cuerpo y al rejuvenecimiento de los tejidos sanos.4
Es muy importante saber que existen dos tipos distintos de aceite de neem. El primero es un aceite vegetal potente y de olor fuerte -el extracto puro de los frutos y/o semillas del neem- que, aunque es eficaz en determinadas aplicaciones, puede ser perjudicial si no se utiliza correctamente.5 El segundo es un preparado de hierbas más tradicional que contiene hojas de neem, un aceite base y agua (que se cuece en el proceso de preparación).
Aceite de neem contra la sarna
Desde la higiene bucal y la purificación de la sangre hasta el tratamiento de úlceras digestivas o la limpieza del cuero cabelludo, el neem ha sido durante siglos la solución de confianza para todas las dolencias y problemas en los hogares indios. Las ramitas, las hojas, los frutos e incluso las semillas de esta poderosísima planta se utilizan de una forma u otra en el Ayurveda. De hecho, en los antiguos textos ayurvédicos se la denomina el sanador universal. Así pues, esta planta no sólo es excelente para uso interno, sino que el aceite de neem es muy bueno para la piel y el cabello.
A medida que más y más personas recurren a opciones naturales y orgánicas para cuidar su piel y su cabello, el aceite de neem se ha convertido en un ingrediente importante en aceites, geles, lociones, cremas, jabones e incluso champús para el cabello. Así que nos hemos encargado de desglosar y simplificar todo lo que necesitas saber sobre el aceite de neem y lo bueno que es para la piel. Sigue leyendo.
El aceite de neem se extrae de los frutos y semillas de la planta de neem y tiene propiedades antisépticas, antivirales, antibacterianas y antifúngicas. Además, contiene grandes cantidades de compuestos beneficiosos para la piel, como ácidos grasos (AGE), limonoides, vitamina E, antioxidantes, triglicéridos y calcio, entre otros. Todas estas propiedades hacen de esta planta un complemento increíble para su rutina de cuidado de la piel.
Beneficios del neem
Mucha gente utiliza el aceite de neem para las plantas como pesticida orgánico: es biodegradable, no contamina el agua y los insectos no lo toleran con el tiempo. ¿Por qué no utilizarlo también en el jardín?
Cuanto más aceite hay para alimentarse, más crece. Pero si la malassezia crece demasiado, puede alterar la renovación celular del cuero cabelludo y hacer que la piel se agrupe en lo que conocemos como caspa.
El estrés oxidativo se produce cuando en el organismo hay un elevado número de radicales libres (átomos inestables que pueden dañar las células). Factores como la contaminación y los rayos UV pueden contribuir a la presencia de radicales libres.
Esto no sólo favorece una piel más tersa y luminosa, sino que ayuda a protegerla de los radicales libres: moléculas destructoras del colágeno que contribuyen a un tono y una textura irregulares de la piel, así como a la aparición de líneas finas y arrugas.
Como hemos mencionado antes, el aceite de neem ayuda a mantener una barrera cutánea fuerte y dificulta la penetración de los radicales libres. También es rico en antioxidantes que ayudan a reparar las células cutáneas y a estabilizar los radicales libres existentes.
Aceite de vitamina E
El aceite de neem, también conocido como aceite de margosa, es un aceite vegetal prensado de los frutos y semillas del neem (Azadirachta indica), un árbol autóctono del subcontinente indio que se ha introducido en muchas otras zonas de los trópicos. Es el más importante de los productos comerciales del neem y se utiliza para la agricultura ecológica y la medicina.
La azadiractina es el triterpenoide más conocido y estudiado del aceite de neem. La nimbina es otro triterpenoide al que se atribuyen algunas de las propiedades del aceite de neem como antiséptico, antifúngico, antipirético y antihistamínico[1].
La ingestión de aceite de neem es potencialmente tóxica y puede causar acidosis metabólica, convulsiones, insuficiencia renal, encefalopatía e isquemia cerebral grave en bebés y niños pequeños[2][5][6] El aceite de neem no debe consumirse solo, sin otras soluciones, sobre todo en mujeres embarazadas, mujeres que intentan concebir o niños[2] También puede asociarse a dermatitis alérgica de contacto[7].
Los extractos de neem actúan como antialimentarios y bloquean la acción de la ecdisona, la hormona de la muda de los insectos. La azadiractina es el más activo de estos reguladores del crecimiento (limonoides) y se encuentra en una proporción del 0,2-0,4 % en las semillas del árbol del neem[13].